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jueves, 30 de marzo de 2023

Enseñanos a ser misericordiosos

 





Señor Jesucristo, 
tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo,
y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.
Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.

Tú eres el rostro visible del Padre invisible, 
del Dios que manifiesta su omnipotencia 
sobre todo con el perdón y la misericordia:
haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti,
su Señor, resucitado y glorioso.
Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos
de debilidad para que sientan sincera compasión por los
que se encuentran en la ignorancia o en el error:
haz que quien se acerque a uno de ellos 
se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción
para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia
del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo,
llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a 
los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos.
Te lo pedimos por intercesión de María,
Madre de la Misericordia,
a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo
por los siglos de los siglos.
Amén


Extracto de la oración por el Papa Francisco del Jubileo Extraordinario de la Misericordia.

martes, 24 de enero de 2023

Coronilla a la Divina Misericordia

 

La coronilla de la Divina Misericordia se reza como un rosario común.  En el Santuario Nacional de la Divina Misericordia en Stockbridge, Massachusetts, el rezo de la Coronilla es precedido por dos oraciones tomadas del Diario de Santa Faustina y seguido por una oración final.
La Coronilla puede rezarse a cualquier hora, pero nuestro Señor pidió eficazmente que se recitará en forma de novena, durante los nueves días anteriores a la Fiesta de la Misericordia. 
Hizo esta promesa: Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias (Diario, 796).  Podemos rezar esta novena de coronillas por nuestras propias intenciones particulares o podemos ofrecerlas junto con la Novena a la Divina Misericordia por las intenciones diarias dictadas por nuestro Señor a Santa Ma Faustina.
Nuestro Señor dijo a Santa Faustina:
Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado.
Quien quiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte...
Cuando rece esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso...
Los sacerdotes se le recomendará como la última tabla de salvación.
Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita.  Deseo que el mundo entero conozca mi misericordia...
A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo a Mi voluntad. 
(687, 1541, 1731)


Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración (opcional)

Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero.  Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosostros.  (Diario, 1319).

Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío.

(Diario, 84)

Padre Nuestro

Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea Tu nombre; venga a nosotros Tu reino; hágase Tu voluntad en la tIerra como en el cielo.  Danos hoy nuestro pan de cada día; perdonanos a los que nos ofenden; no nos deje caer en la tentación, y líbranos del mal.

Amén.

Ave María

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.  Creo en Jesucristo, Su único hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso.  Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

En la cuenta grande el Padre Nuestro:

Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero (476).

En las 10 pequeñas cuentas de cada decena:

Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Repita el Padre Eterno y por sus dolorosa Pasión 

(Rece cuatro decenas más)

Después de cinco decenas, la doxología final:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, 

ten piedad de nosotros y del mundo entero.

Oración final (opcional)

Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos somentamos a Tu Santa Voluntad, que es el Amor y la Misericordia Mismos (950).



Oración de la Divina Misericordia

Oh Dios de gran misericordia, bondad infinita, hoy toda la humanidad clama, desde el abismo de su miseria, a Tu misericordia, a Tu compasión, oh Dios; y grita con potente voz de la miseria.  Dios indulgente, no rechaces la oración de los desterrados de esta tierra.

Oh Señor, bondad inconcebible que conoces perfectamente nuestra miseria y sabes que por nuestras propias fuerzas no podemos ascender hasta Ti, Te imploramos, antícipanos Tu gracias y multiplica incesantamente Tu misericordia en nosotros para que cumplamos fielmente Tu santa voluntad a lo largo de nuestra vidas y a la hora de la muerte.  Que la omnipotencia de Tu misericordia nos proteja de las flechas de los enemigos, como Tus hijos, esperemos Tu última venida, ese día que conoces solo Tú.  Y pesar de todo nuestra miseria, esperamos recibir todo lo que Jesús nos ha prometido, porque Jesús es nuestra esperanza; a través de su Corazón misericordioso, como a través de una puerta abierta, entramos en el cielo.


viernes, 9 de diciembre de 2022

Misericordia de mí, Señor Jesús

 


Ten misericordia de mí, Señor, Jesús.
ten misericordia de mí,
porque en ti confía mi alma,
y en la sombra de tus alas esperaré
hasta que pasé la iniquidad.

San Bernardo Abad

domingo, 30 de octubre de 2022

Oración de misericordia de San Bernardo Abad

 


Ten misericordia de mí, Señor Jesús, ten misericordia de mí, 
porque en ti confía mi alma, y en la sombra de tus alas 
esperaré hasta que pase la iniquidad.

San Bernardo Abad

martes, 6 de septiembre de 2022

Novena de la Divina misericordia

 


Primer día

Hoy, traéme a toda la humanidad 
y especialmente a todos los pecadores 
y sumégelos en el mar de Mí misericordia

Jesús tan misericiordioso, cuya naturaleza es la de tener
 compasión de nosotros y de perdonarnos, 
no mires nuestros pecados, 
sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita.
Acógenos en la morada de Tu muy compasivo Corazón
y nunca nos deje salir de Él.  
Te suplicamos por Tu amor 
que Te une al Padre y al Espíritu Santo
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad,
y especialmente a los pobres pecadores que están 
encerrados en el Corazón de Jesús lleno de compasión,
y por Su dolorosa Pasión muéstranos Tu misericordia
para que alabemos Su omnipotencia
 por los siglos de los siglos.
Amén.

Segundo día 

Hoy, traéme a las almas de los sacerdotes 
y las almas de los religiosos
y sumérgelas en Mi misericordia insondable.

Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo bien, 
aumenta Tu gracia en nosotros para que 
realicemos dignas obras de misericordia, 
de manera que todos aquellos que nos vean, 
glorifiquen al Padre de misericordia que está en el cielo.
Padre Eterno, mira con misericordia al grupo 
elegido de Tu viña, a las almas de los sacerdotes 
y a las almas de los religiosos; 
otórgales el poder de Tu bendición.
Por el amor del Corazón de Tu Hijo, en el cual
están encerradas, concédeles el poder de Tu 
luz para que puedan guiar a otros en el camino de la 
salvación, y a una sola voz canten alabanzas a Tu misericordia
sin limite por los siglos de los siglos. 
Amén.


Tercer día

Hoy, traéme a todas las almas y fieles 
y sumérgelas en el mar de Mi misericordia.

Jesús infinitamente compasivo, 
que desde el tesoro de Tu misericordia
les concede a todos Tus gracias en gran abundancia, 
acógenos en la morada de Tu clementísimo Corazón
y nunca nos dejes escapar de Él.  Te lo suplicamos
por el inconcebible amor Tuyo con que Tu corazón
arde por el Padre Celestial.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas fieles
como herencia de Tu Hijo y por su dolorosa Pasión,
concédeles Tu bendición y rodéalas con Tu protección
constante para que no pierdan el amor y el tesoro
de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles
y los santos, glorifiquen Tu infinita misericordia 
por los siglos de los siglos. Amén.

Cuarto día

Hoy, traéme a aquellos que no creen en Dios
 y aquellos que todavía no Me conocen.

Jesús compasivísimo, 
que eres la Luz del mundo entero. 
Acoge en la morada a Tu piadosísimo
Corazón a las almas de aquellos que no creen 
en Dios y de aquellos que todavía no Te conocen.
Que los rayos de Tu gracia las iluminen para que también
ellas unidas a nosotros, ensalsen Tu misericordia admirable
y no las dejes salir de la morada de Tu compasivísimo Corazón.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de aquellos
que no creen en Ti y de los que todavía no Te conocen,
pero que están encerrados en el muy compasivo Corazón de Jesús.
Atráelas hacia la luz del Evangelio.  Estas almas desconocen la 
gran felicidad que es amarte.  Concédeles que también ellas
ensalsen la generosidad de Tu misericordia por los siglos de los siglos.
Amén.


Quinto día

Hoy, traéme a las almas de los hermanos 
que se han separado de Mi iglesia
y sumérgelas en el mar de Mi misericordia.

Jesús sumamente misericordioso, que eres la Bondad Misma,
Tú no niegas la luz a quienes Te la piden.
Acoge en la morada de Tu muy compasivo Corazón
a las almas de los que se han separado de Tu Iglesia.
Llévalas con Tu luz a la unidad con la Iglesia;
no las dejes alejarse de la morada de Tu compasivísimo
Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen
la generosidad de Tu misericordia.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de los
que se han separado de tu Iglesia, que han malgastado
Tus bendiciones y han abusado de Tus gracias por persistir
obstinadamente en sus errores.
No mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo y 
Su amarga Pasión que sufrió por ellos, ya que también
ellos están acogidos en el sumamente compasivo
Corazón de Jesús.  Ha que también ellos glorifiquen
Tu gran misericordia por los siglos de los siglos.
Amén.

Sexto día

Hoy, traéme a las almas mansas y humildes 
y a las almas de los niños pequeños
y sumérgelas en Mi misericordia.

Jesús, tan misericordioso, Tú Mismo has dicho: 
Aprendan de Mí que soy manso y humilde de corazón.
Acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón
 a las almas mansas y humildes y a las almas
de los niños pequeños.  Estas almas llevan 
a todo el cielo el éxtasis y son las preferidas
del Padre celestial.  Son un ramillete perfumado 
ante el trono de almas tienen una morada permanente
en Tu compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno
de amor y misericordia por la eternidad.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas mansas 
y humildes y a las almas de los niños pequeños
que están encerradas en el muy compasivo Corazón 
de Jesús.  Estas almas son las más semejante a
 Tu hijo.  Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza
Tu trono.  Padre de misericordia y de toda bondad. Te Suplico
por el amor que tienes por estas almas y el gozo
que te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas
las almas canten juntas las alabanzas de 
Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén

Séptimo día

Hoy, traéme a a las almas que veneran y glorifican 
Mi misericordia de modo especial 
y sumérgelas en Mi misericordia.

Jesús misericordiosísimo, cuyo Corazón es el Amor Mismo,
acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas 
que veneran y ensalzan de modo particular la gradeza de Tu misericordia.
Estas almas son fuertes con el poder de Dios Mismo.

En medio de toda clase de aflicciones y 
adversidades siguen adelante
confiadas en Tu misericordia, y unidas a Ti, 
cargan sobre sus hombros a toda la humanidad.
Estas almas no serán juzgadas severamente, 
sino que Tu misericordia las protegerá en la hora de la muerte.

Padre Eterno, mira con misericordia aquellas almas que 
glorifican y veneran Tu mayor atributo, es decir, 
Tu misericordia insondable y que están encerradas 
en el compasivísimo Corazón de Jesús.
Estas almas son un Evangelio viviente, 
sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones,
desbordantes de gozo, Te cantan, oh Altísimo, un cántico
de misericordia.  

Te suplico,  oh Dios, muéstrales Tu misericordia
según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti.
Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo:
A las almas que veneren esta infinita misericordia Mía, 
Yo Mismo las defenderé como Mi gloria duranet sus vidas
 y especialmente en la hora de la muerte.
Amén.

Octavo día

Hoy, traéme a a las almas que 
están detenidas en el purgatorio
 y sumérgelas en Mi misericordia.

Jesús misericordiosísimo, 
Tu Mismo has dicho que deseas la misericordia;
heme aquí que llevo a la morada de
 Tu muy compasivo Corazón a las almas del 
purgatorio, almas que Te son muy queridas,
 pero que deben pagar su culpa adeudadas a Tu justicia.

Que los torrentes de Sangre y Agua
 que brotaron de Tu Corazón, 
apaguen el fuego del purgatorio 
para que también allí sea glorificado 
el poder de Tu misericordia.  

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas
que sufren en el purgatorio y que están encerradas
en el muy compasivo Corazón de Jesús.
Te suplico por la dolorosa Pasión de Jesús, Tu Hijo,
y por toda la amargura con la cual Su sacratísima 
alma fue inundada, muestra Tu misericordia a las almas
que están bajo Tu justo escritinio.

No las mires sino a través de las heridas de Jesús, 
Tu amadísimo Hijo, ya que creemos que Tu bondad
y Tu compasión no tienen límites.

Amén



Noveno día

Hoy, traéme a a las almas tibias y 
sumérgelas en el abismo de Mi misericordia.

Jesús piadosísimo, que eres la Compasión Misma,
Te traigo a las almas tibias a la morada de Tu piadosísimo Corazón.
Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y 
Te llenan de gran repugnancia se calienta con el 
fuego de Tu amor puro.

Oh Jesús tan compasivo, 
ejercita la omnipotencia de Tu misericordia
y atráelas al mismo ardor de Tu amor 
y concédeles el amor santo,
porque Tú lo puedes todo.

Padre Eterno, mira con misericordia 
a las almas tibias que, sin embargo, 
están acogidas en el piadosísimo Corazón de Jesús.

Padre de la misericordia, Te suplico por la amarga Pasión de 
Tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz,
permite que también ellas glorifiquen 
el abismo de Tu misericordia.

Amén.




miércoles, 24 de agosto de 2022

Oración a la Milagrosa-Benignísima Madre de la Misericordia

 




Hija de Dios Padre, 
Madre de Dios Hijo.
Esposa del Espíritu Santo,
Noble descanso de la Santísima Trinidad:
elegida del Padre, 
preservada por el Hijo
y amada del Espíritu Santo.

Vos sois en las cosas dudosas nuestra luz;
en las tristes das consuelo, 
en las angustias alivio y en los peligros 
y tentaciones fiel socorro.
Sois Paraiso de gracias y espirituales dones.

Bienaventurados los que de veras os aman
y sirven, y los que por santidad de vida se 
hacen siervos y devotos vuestros,
a vuestra piedad, pues, recurro,
Reina y Señora mía,
para que me enseñéis, gobernéis, y defendáis
en todas las horas y momentos de mi vida;
suplicándoos, humildemente ahora me 
alcancéis de la Majestad Divina
la gracia que al presente os pido,
si conviniere para el bien de mi alma 
y si no conviene, vos, como 
Abogada mía,
dirigid mi voluntad sólo a los que sea honra
y gloria de Dios y salvación de mi alma.
Amén.

miércoles, 4 de mayo de 2022

Oración a la Milagrosa Benignísima Madre de la Misericordia

 



Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa del Espíritu Santo, Noble descanso de toda la Santísima Trinidad, elegida del Padre, preservada por el Hijo y amada del Espíritu Santo.  Vos sois en las cosas dudosas nuestra luz, en las tristes das consuelo, en las angustias alivio, y en los peligros y tentaciones fiel socorro.  Sois Paraíso de gracias y espirituales dones.  Bienaventurados los que de veras os aman y sirven y los que por santidad de vida se hacen siervos y devotos vuestros, a vuestra piedad, pues recurro, Reina y Señora mía, para que me enseñéis, gobernéis, y defendaís en todas las horas y momentos de mi vida; suplicándoos, humildemente ahora me alcancéis de la Majestad Divina la gracia que al presente os pido, si conviniere para bien de mi alma y si no conviene, vos como Abogada mía, dirigid mi voluntad sólo a lo que sea honra y gloria de Dios y Salvación de mi alma. Amén.

Benignísima, Madre de Misericordia.  Ruega por nosotros.



sábado, 30 de abril de 2022

MEDITACIÓN

 




Señor tú te has encargado de mi causa.  
Tu has alejado muchas espinas de mi camino.
Tu has allanado mi senda y nunca te cansas de demostrarme tu gran amor.
GRACIAS SEÑOR JESÚS
Tu has llenado mi corazón de calma.  Tu le has devuelto la paz a mi vida.  
Tu has derramado sobre mi una lluvia de bendiciones.  
Tus favores me hacen exclamar todo el día.
ETERNA ES TU MISERICORDIA
Yo nunca imagine que tu pudieras ser tan bueno conmigo.
Yo pobre y miserable, sin fuerzas suficientes.  
Manojillo de carne débil, 
con un enorme bulto de errores sobre mi espaldas 
y mis pies cansados de tanto tropezar en el mal.
Tu te has vuelto un defensor y un consolador para mí.
Tus palabras han llenado de luz mi mente y corazón.
Yo pobre oveja descarriada entre despeñaderos.
Encuentro tu mano de pastor bueno que me guía para que 
no perezca ante desfiladeros.  
Tú me conduces como en otro tiempo a tu pueblo santo.
Siento alegría porque se que me amas con verdadero amor.
Vivo en paz porque he llegado a comprender  
que me aceptas como a una de tus pequeñas ovejas muy amadas.
Que quieres llevar a tu rebaño a la Eternidad Feliz.
BENDITO SEAS POR SIEMPRE.
Amén

No tengo miedo