Hija de Dios Padre,
Madre de Dios Hijo.
Esposa del Espíritu Santo,
Noble descanso de la Santísima Trinidad:
elegida del Padre,
preservada por el Hijo
y amada del Espíritu Santo.
Vos sois en las cosas dudosas nuestra luz;
en las tristes das consuelo,
en las angustias alivio y en los peligros
y tentaciones fiel socorro.
Sois Paraiso de gracias y espirituales dones.
Bienaventurados los que de veras os aman
y sirven, y los que por santidad de vida se
hacen siervos y devotos vuestros,
a vuestra piedad, pues, recurro,
Reina y Señora mía,
para que me enseñéis, gobernéis, y defendáis
en todas las horas y momentos de mi vida;
suplicándoos, humildemente ahora me
alcancéis de la Majestad Divina
la gracia que al presente os pido,
si conviniere para el bien de mi alma
y si no conviene, vos, como
Abogada mía,
dirigid mi voluntad sólo a los que sea honra
y gloria de Dios y salvación de mi alma.
Amén.
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