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lunes, 23 de mayo de 2022

ROSARIO EN HONOR A SAN JOSÉ

 

 

ROSARIO EN HONOR A SAN JOSÉ


Primer decenario   Os suplico castísimo José, que os dignéis acompañarme ahora y en el momento de mi agonía, y asistidme con Jesús y María en aquel tremendo instante.  Amén.

1º. Por vuestro Santo Nacimiento, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

2ª. Por el voto de perpetua castidad que hicisteis a Dios, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

3º. Por la Santa vida que llevasteis todo el tiempo de vuestra juventud, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

4º. Por la elección que de Vos hizo el mismo Dios para esposo de la Virgen María, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

5º. Por el colmo de virtudes y gracias que recibisteis del Altísimo para hacernos digno esposo de la Santísima Virgen, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

6º. Por aquel felicísimo día de vuestro desposorio con la Virgen, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

7º. Por el gozo con que acompañasteis a vuestra esposa María yendo del templo de Jerusalén a la casa de Nazareth, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

8º. Por el gozo y gran consuelo que os causaba el ver aquella prudencia, humilde, pureza y demás virtudes de vuestra amada esposa, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

9º. Por la pena que os causo la ausencia de vuestra castísima esposa en el tiempo que permaneció asistiendo a su prima Santa Isabel, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

10º. Por el gozo y alegría que tuvisteis al ver ya en vuestra casa a vuestra esposa María, después de la visita a Santa Isabel, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte. Amén.

Salve, José, varón justo, con Vos está el Señor, y sois el más dichoso de los hombres por haber alimentado, conducido y guardado de la Virgen María y al fruto celestial de su vientre, Jesús.

San José, esposo virginal de la Madre de Dios, y llamado padre de Jesús, rogad por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Segundo decenario Os suplico castísimo José, que os dignéis acompañarme ahora y en el momento de mi agonía, y asistidme con Jesús y María en aquel tremendo instante.  Amén.

1º. Por el gozo y alegría con que os ocupáis en vuestro oficio de carpintero para sustentar a la Reina del cielo, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

2º.  Por la turbación que os causó al ver en cinta a vuestra purísima esposa, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

3º. Por el gozo que tuvisteis cuando el ángel os revelo el misterio de la Encarnación, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

4º. Por aquella aflicción y tristeza que tuvisteis por la orden de Cesar Augusto, que os obligo a emprender el camino de Belén, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte

5º.  Por aquella prontitud con que emprendisteis el viaje de Nazaret a Belén con vuestra esposa María, para dar cumplimiento al edicto del emperador, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

6º. Por las penalidades y molestias que padecisteis en este viaje, siendo despedido de las posadas, donde quizás os miraban como a gente vil y despreciable, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte

7º. Por el dolor y la amargura que padecisteis en la ciudad de Belén, cuando, siendo ya de noche, y en el rigor del invierno, la hubisteis de abandonar con vuestra amada esposa, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

8º.  Por el consuelo que tuvisteis al ver que estaba desocupada y sola la cueva o portal de Belén, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

9º. Por el gozo y alegría que sentisteis al ver ya nacido al Niño Dios en los brazos de la Madre Virgen, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

10º. Por el dolor que tuvisteis viendo al Niño Dios recién nacido en tanta desnudez y pobreza, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte. Amén.

Salve, José, varón justo, con Vos está el Señor, y sois el más dichoso de los hombres por haber alimentado, conducido y guardado de la Virgen María y al fruto celestial de su vientre, Jesús.

San José, esposo virginal de la Madre de Dios, y llamado padre de Jesús, rogad por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

Tercer decenario   Os suplico castísimo José, que os dignéis acompañarme ahora y en el momento de mi agonía, y asistidme con Jesús y María en aquel tremendo instante.  Amén.

1º. Por el gozo y alegría que recibisteis al ver que los pastores vinieron al portal de Belén á conocer y adorar al Niño Dios, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

2º. Por el dolor que tuvisteis en la circuncisión del Niño, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

3º. Por el gozo y alegría que tuvisteis al saber que el Niño debía llamarse Jesús, que significa Salvador, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

4º. Por el gozo y alegría que sentisteis al ver entrar en el portal a los tres santos Reyes para adorar el Niño Dios y ofrecerles dones, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

5º. Por los misterios que se obraron en el portal santo de Belén en los días que en el permanecisteis, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

6º. Por aquella jornada, que hicisteis a Jerusalén con vuestra esposa presentasteis al Niño Dios en el templo, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

7º. Por el gran gozo que tuvisteis cuando con vuestra amada esposa presentasteis al Niño Dios, en el templo, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

8º. Por el dolor que sentisteis al oír profetizar a Simeón los trabajos del Hijo y el cuchillo de dolor que había de atravesar el corazón de la Madre, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

9º. Por el gozo y alegría, que tuvisteis al oír de Simeón que aquel Niño sería el remedio, salud y resurrección de muchos, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

10º.  Por aquellos días que estuvisteis en Jerusalén con vuestra esposa María y el Niño Dios, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

Salve, José, varón justo, con Vos está el Señor, y sois el más dichoso de los hombres por haber alimentado, conducido y guardado de la Virgen María y al fruto celestial de su vientre, Jesús.

San José, esposo virginal de la Madre de Dios, y llamado padre de Jesús, rogad por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

Cuarto decenario   Os suplico castísimo José, que os dignéis acompañarme ahora y en el momento de mi agonía, y asistidme con Jesús y María en aquel tremendo instante.  Amén.

1º. Por aquellas aflicción y pena con que despertasteis del sueño, cuando el ángel os dijo que huyeseis con el Niño y su Madre a Egipto, porque Herodes buscaría a aquel para quitarle la vida, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

2º. Por aquel compasivo dolor que atravesó vuestra alma al partir tan aprisa con vuestra Santa Familia para Egipto, encubiertos por el silencio y obscuridad de la noche, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

3º. Por los trabajos que padecisteis cuando entrasteis con el Niño Dios y su santísima Madre en aquellos desiertos arenosos y despoblados, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

4º. Por el gozo y alegría que tuvisteis cuando al entrar el Niño Dios y su santísima Madre en Egipto cayeron los ídolos y los altares del paganismo, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

5º. Por el dolor que padecisteis al saber la crueldad que Herodes usó, matando á niños inocentes de Belén y toda su comarca, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

6º. Por aquella extremada pobreza que tuvisteis en Egipto después que tomasteis asiento en la ciudad de Heliópolis, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

7º. Por el gozo y consuelo que sentisteis cuando tomabais en vuestros brazos al Niño Dios, para alivio de vuestro trabajos y cansancios, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

8º. Por el gozo y alegría que tuvisteis al oír las primeras palabras que pronunció el Niño Dios, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

9º. Por el gozo y alegría que os causaba el Niño Dios, al verle andar por sí mismo, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

10º. Por el gran gozo que os causaba el mirar la rara hermosura del Niño Jesús, Acordaos de mí ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

Salve, José, varón justo, con Vos está el Señor, y sois el más dichoso de los hombres por haber alimentado, conducido y guardado de la Virgen María y al fruto celestial de su vientre, Jesús.

San José, esposo virginal de la Madre de Dios, y llamado padre de Jesús, rogad por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

Quinto decenario Os suplico castísimo José, que os dignéis acompañarme ahora y en el momento de mi agonía, y asistidme con Jesús y María en aquel tremendo instante.  Amén.

 1º. Por el gozo y alegría que sentisteis al ordenarlos el ángel que con Jesús y María regresaseis de Egipto para la tierra de Israel, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

2º. Por los trabajos que padecisteis este regreso tan penoso y dilatado, caminando con el Niño Dios y su santísima Madre por desiertos y arenales, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

3º. Por el dolor que tuvisteis al oír que en Judea reinaba Arquelao, hijo de Herodes, perseguidor de Jesús, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

4º. Por el gozo y alegría que tuvisteis al recibir del cielo la orden de habitar en Nazaret con Jesús y María, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

5º. Por el gozo y gran alegría con que tuvisteis viéndoos ya con Jesús y María en vuestra casa de Nazaret, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

6º. Por aquellas peregrinaciones que, por cumplir la ley de Moisés, hacíais de Nazaret a Jerusalén con Jesús y María, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

7º. Por el dolor y la amargura que padecisteis cuando en una de estas jornadas tuvisteis tres días perdido al Niño Jesús, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

8º. Por el gozo y alegría que tuvisteis cuando hallasteis al Niño Dios en el templo discutiendo con los doctores, y cuando, vuelto con Vos á Nazaret, os estaba obediente y sujeto, como su fuese verdadero hijo vuestro, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

9º. Por las enfermedades y dolores que padecisteis en los últimos años de vuestra santa vida, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

10º. Por la preciosa y felicísima muerte que tuvisteis, consolado y recreado con la presencia de Jesús y María, Acordaos de mí, ¡Oh, Castísimo José! En la hora de mi muerte.

Salve, José, varón justo, con Vos está el Señor, y sois el más dichoso de los hombres por haber alimentado, conducido y guardado de la Virgen María y al fruto celestial de su vientre, Jesús.

San José, esposo virginal de la Madre de Dios, y llamado padre de Jesús, rogad por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

Oración

Dulcísimo padre y abogado mío Señor San José, bien conozco que soy digno de que mis ruegos y peticiones sean oídas y despachadas favorablemente por vuestra purísima Esposa y vuestro preciosísimo Hijo.  Por esto, confiado en vuestros poderosísimos merecimientos, y en el gran valimiento que gozáis en el cielo por vuestra altísima dignidad, desde este instante para toda mi vida y para la hora de mi muerte os escojo por mi especialísimo abogado.  En vuestras manos pongo, y por ellas ofrezco a Jesús y a María, mi vida y mi muerte, mi cuerpo y mi alma, mis pensamientos, mis palabras, mis obras y todas mis necesidades espirituales y temporales.  Amén.

Letanías de San José

Señor, -tened piedad de nosotros.

Cristo, -Jesús, apiadaos de nosotros.

Señor, - tened misericordia de nosotros.

Cristo Jesús, -Oídnos.

Cristo Jesús, -Escuchadnos.

Dios Padre Celestial, -Tened misericordia de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del Mundo, - Tened misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo, - Tened misericordia de nosotros.

Santa Trinidad, que sois un solo Dios, -- Tened misericordia de nosotros.

Santa María, -Rogad por Nosotros.

San José, esposo de María, Rogad por Nosotros.

San José, tutor y padre putativo de Jesús, -Rogad por Nosotros

San José, custodio de la virginidad de María, -Rogad por Nosotros

San José, jefe de la Santa Familia, Rogad por Nosotros

San José, siervo prudente y fiel, Rogad por Nosotros

San José, lleno de los dones del Espíritu Santo, -Rogad por Nosotros

San José, ángel de la pureza, -Rogad por Nosotros

San José, perfecto en la humildad, Rogad por Nosotros

San José, ardiente en la caridad, Rogad por Nosotros

San José, modelos de los contemplativos, -Rogad por Nosotros

San José, ejemplar de los atribulados, Rogad por Nosotros

San José, dechado de silencio, Rogad por Nosotros

San José, regla viva de prudencia, Rogad por Nosotros

San José, patrono de la vida interior, Rogad por Nosotros

San José, varón según el Corazón de Dios, -Rogad por Nosotros

San José, Abel en la inocencia, Rogad por Nosotros

San José, Moisés en la mansedumbre, Rogad por Nosotros

San José, Isaac en la obediencia, Rogad por Nosotros

San José, Abrahán en la fe, Rogad por Nosotros

San José, aventajado sobre los Profetas en la esperanza, -Rogad por Nosotros

San José, serafín en el amor, Rogad por Nosotros

San José, consuelo de nuestras penas, Rogad por Nosotros

San José, recurso de los necesitados, Rogad por Nosotros

San José, protector de vuestros devotos, Rogad por Nosotros

San José, amparo de los moribundos, Rogad por Nosotros

San José, abogado nuestro delante de Jesús, -Rogad por Nosotros

San José, objeto de la complacencia de todo un Dios, ---Rogad por Nosotros

San José, que viajasteis a Belén con vuestra esposa María, ---Rogad por Nosotros

San José, que visteis a Jesús nacido y recostado en el pesebre, -Rogad por Nosotros

San José, que tuvisteis la dicha de tenerlo en tus brazos, -Rogad por Nosotros

San José, que os alegrasteis viéndolo adorar por los pastores, -Rogad por Nosotros

San José, que gozoso lo visteis adorado por los Reyes, ---Rogad por Nosotros

San José, que con dolor visteis a Jesús desarmar su sangre en la circuncisión, ---Rogad por Nosotros

San José, que con María presentasteis a Jesús en el templo, ---Rogad por Nosotros

San José, que oísteis la profecía de Simón, ---Rogad por Nosotros

San José, que huisteis a Egipto para salvar a Jesús recién nacido, -Rogad por Nosotros

San José, que regresasteis a Nazaret, con Jesús y María, --Rogad por Nosotros

San José, afligido por tres días con la perdida de Jesús, -Rogad por Nosotros

San José, alegre hallándole entre los doctores, -Rogad por Nosotros

San José, que con vuestro sudor alimentasteis al mismo Dios, -Rogad por Nosotros

San José, a quien se sujetó el Rey de los reyes, ---Rogad por Nosotros

San José, que tuvisteis la dicha de expirar en brazos de Jesús y María, ---Rogad por Nosotros

San José, protector de la Iglesia, ---Rogad por Nosotros

José Santo, ---Oídnos y escuchadnos.

Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo, ---tened misericordia de nosotros.

Esposo castísimo de la Madre de Dios y Madre Virgen

Rogad por nosotros en vida y sobre todo en nuestra muerte

 

Oración

 

¡Oh, Dios, que por una providencia inefable os dignasteis escoger a San José por esposa de Vuestra Santísima Madre! Haced que merezcamos tener por intercesor en los cielos al que veneramos por nuestro protector en la tierra. Que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.

 

miércoles, 18 de mayo de 2022

Rosario Misterios Gozosos

Utilizar el rosario.

Señal de la Cruz.

Credo de los Apóstoles mientras agarra el crucifijo.

El credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre Todopoderoso, 
creador del cielo y de la tierra y en Jesucristo su único Hijo, 
Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
 nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
 fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, 
al tercer día resucitó de entre los muertos; 
subió a los cielos, está sentado a la derecha del Padre; 
desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. 
Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica,
 en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, 
en la resurrección de la carne y en la vida eterna. 
Amén.

Padre Nuestro

 Padre Nuestro que estás en los cielos.  
Santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino. 
Hágase tu voluntad en la tierra, como en el cielo.  
Danos hoy nuestro pan de cada día 
y perdona nuestras ofensas como también
 nosotros perdonamos a los que nos ofenden. 
No nos dejes caer en tentación más libranos del mal. 
Amén.

    Tres Ave María

1.
 Dios te Salve María, Hija de Dios Padre.  
Llena eres de Gracia, el Señor es Contigo.
 Bendita entre todas las mujeres
 y bendito es el fruto de vientre, Jesús. 
 Santa María, Madre de Dios, 
Ruega por nosotros ´pecadores, 
ahora y en la hora de nuestra muerte.
 Amén.     

2.

Dios te Salve María, Esposa del Espíritu Santo
 Llena eres de Gracia, el Señor es Contigo. 
Bendita entre todas las mujeres 
y bendito es el fruto de vientre, Jesús. 
 Santa María, Madre de Dios, 
Ruega por nosotros ´pecadores, 
ahora y en la hora de nuestra muerte. 
Amén.

3.       

Dios te Salve María, Madre de Dios Hijo.  
Llena eres de Gracia, el Señor es Contigo. 
Bendita entre todas las mujeres 
y bendito es el fruto de vientre, Jesús. 
 Santa María, Madre de Dios, 
Ruega por nosotros ´pecadores, 
ahora y en la hora de nuestra muerte. 
Amén.

Anunciar el misterio y luego rece el Padre Nuestro.

MISTERIOS GOZOSOS


Los eventos circundando la venida de Nuestro Señor Dios, 
hecho hombre, son causa para un gozo intenso.  
Meditamos sobre estos misterios pidiéndole a 
Nuestra Señora que nos ayude a descubrir el secreto del gozo cristiano
la venida de Nuestro Señor Jesucristo en carne y hueso.

         Rezarlo los lunes y sábados

1.     LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR

Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios
 a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 
a una joven virgen que estaba comprometida 
en matrimonio con un hombre llamado José…
Llegó un ángel hasta ella y le dijo: 
“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo¨. 
Lucas 1:26-28 
¿Haces en toda la voluntad de Dios?

Fruto espiritual: La humildad.

                                                               Oración del Ángel de la Paz:

Oh, Jesús mío, yo creo, adoro, espero y te amo. 
Y te pido perdón por los que creen, no adoran y no te aman.

Padre Nuestro 
Padre Nuestro que estás en los cielos.  
Santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino. 
 Hágase tu voluntad en la tierra, como en el cielo.  
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas 
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.  
No nos dejes caer en tentación más libranos del mal. Amén.

Rezar 10 Ave Marías en las cuentas pequeñas del Rosario.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

                                                                   Oración de Fátima

Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados, 
líbranos del fuego del infierno 
 lleva nuestras almas al cielo,
 especialmente aquellos que
 necesitan más de Tu Misericordia.

2.     LA VISITACIÓN


Por entonces María tomó su decisión y se fue,
 sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá…
Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. 
-Lucas 1:39-42 ¿Eres solidario con tu hermano necesitado?
Fruto espiritual: Amor al prójimo

Oración del Ángel de la Paz:

Oh, Jesús mío, yo creo, adoro, espero y te amo.
 Y te pido perdón por los que creen, no adoran y no te aman.

Padre Nuestro

Padre Nuestro que estás en los cielos.  
Santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino.  
Hágase tu voluntad en la tierra, como en el cielo.  
Danos hoy nuestro pan de cada día y 
perdona nuestras ofensas como también nosotros
 perdonamos a los que nos ofenden. 
 No nos dejes caer en tentación más libranos del mal.
 Amén.

Rezar 10 Ave Marías en las cuentas pequeñas del Rosario.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

Oración de Fátima:

Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados, 
líbranos del fuego del infierno
 y lleva nuestras almas al cielo,
 especialmente aquellos que
 necesitan más de Tu Misericordia.

3.     EL NACIMIENTO DE JESÚS


Y dio a luz a su hijo primogénito.  
Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre,
 pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa. 
-Lucas 2:7 ¿Has dejado que Jesús nazca en tu corazón?
Fruto del espíritu: Pobreza de espíritu o no ser ambicioso

Oración del Ángel de la Paz:
Oh, Jesús mío, yo creo, adoro, espero y te amo. 
Y te pido perdón por los que creen, no adoran y no te aman.

Padre Nuestro
Padre Nuestro que estás en los cielos.  
Santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino.  
Hágase tu voluntad en la tierra, como en el cielo.  
Danos hoy nuestro pan de cada día 
y perdona nuestras ofensas como también
 nosotros perdonamos a los que nos ofenden.  
No nos dejes caer en tentación más libranos del mal. 
Amén.
Rezar 10 Ave Marías en las cuentas pequeñas del Rosario.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.

Oración de Fátima:
Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados, 
líbranos del fuego del infierno 
y lleva nuestras almas al cielo, 
especialmente aquellos que necesitan más de Tu Misericordia.

LA PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO


                                                Como los padres traían al niño Jesús…
                                                    Simeón lo tomó en sus brazos 
                                                y bendijo a Dios con estas palabras: 
                                            “Ahora, Señor, ya puedes dejar que tu servidor
                                                     muera en paz, como le has dicho; 
                                            porque mis ojos han visto a tu salvador¨. 
                        Lucas 2:27-30. ¿Nos presentamos al Señor en el templo y
                                    a sea en la misa o la visita al Santísimo Sacramento?

Frutos del espíritu: Pureza de cuerpo y alma (aborrecer la pornografía)

                                                    Oración del Ángel de la Paz:
                                    Oh, Jesús mío, yo creo, adoro, espero y te amo. 
                                                Y te pido perdón por los que creen, 
                                                    no adoran y no te aman.

                                                                Padre Nuestro
                                                Padre Nuestro que estás en los cielos.  
                                    Santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino.
                                      Hágase tu voluntad en la tierra, como en el cielo.  
                                Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas
                             como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. 
                                 No nos dejes caer en tentación más libranos del mal.
                                                                     Amén.

                                Rezar 10 Ave Marías en las cuentas pequeñas del Rosario.
                                    Ave María Purísima, sin pecado concebida.

                                                        Oración de Fátima:

                                            Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados, 
                                             líbranos del fuego del infierno 
                                                y lleva nuestras almas al cielo, 
                                                especialmente aquellos que necesitan 
                                                        más de Tu Misericordia.

EL NIÑO ENCONTRADO EN EL TEMPLO


Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén, en su búsqueda. 
 Al tercer día lo hallaron en el templo, 
sentado en medio de los maestros de la Ley,
 escuchándolos y haciéndoles preguntas.  
Todos los que le oían quedaban asombrados 
de su inteligencia y de sus respuestas.  

Lucas 2:45-47 ¿Escuchas regularmente la palabra de Dios?

Frutos del espíritu: Obediencia

Oración del Ángel de la Paz:

Oh, Jesús mío, yo creo, adoro, espero y te amo. 
Y te pido perdón por los que creen, no adoran y no te aman.

Padre Nuestro

Padre Nuestro que estás en los cielos. 
 Santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino.  
Hágase tu voluntad en la tierra, como en el cielo.  
Danos hoy nuestro pan de cada día
 y perdona nuestras ofensas como también
 nosotros perdonamos a los que nos ofenden.  
No nos dejes caer en tentación más libranos del mal. 
Amén.

Rezar 10 Ave Marías en las cuentas pequeñas del Rosario.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

Oración de Fátima:

Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados, 
líbranos del fuego del infierno
 y lleva nuestras almas al cielo, 
especialmente aquellos que necesitan 
más de Tu Misericordia.

SALVE

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, 
vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti clamamos los desterrados hijos de Eva; a ti 
suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra; vuelve a nosotros esos
tus ojos misericordiosos, y después de este destierro
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh Clementísima! ¡Oh piadosa! 
¡Oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que 
seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.

Amén.

No tengo miedo