conoces como nosotros la vida de familia.
Tu amor se dirigía naturalmente hacia el
Hijo de Dios convertido en tu hijo.
Y como nosotros, debiste hacer crecer
tu amor en medio de las dichas y las dificultades.
San José protege hoy nuestra familia.
Ayúdanos a comprendernos.
Haz que ni el orgullo ni el egoísmo
afecten jamás nuestro cariños.
Haznos cada vez más fieles a nuestros
compromisos y haz que en el ritmo
de nuestras jornadas podamos acercarnos juntos
al Hijo de Dios que siempre vive en el
corazón de toda las familias.
Amén.
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