Las madres siguen siendo madres de sus hijos aunque
estos sean llamado a caminar con El Señor, todas las almas cuando mueren
van al Purgatorio solo los Santos Extraordinarios
están en la Casa de Dios antes del día del Juicio Final,
por eso podemos pedir su intercesión.
Amorosísimo San José, que tan tiernamente amasteis á Jesús,
y tan vivamente sentisteis la privación de su presencia cuando
le perdisteis en el templo: os recomiendo con todo fervor del alma de
(Nombre), que, lejos está ahora de la beatífica presencia de Dios,
está ahora padeciendo en el purgatorio. ¡Oh Santo Patriarca! sed su consuelo
en aquel lugar de penas y expiación, dignaos aplicarle los piadosos sufragios
de los fieles, particularmente los míos. Constituidos su intercesor
para con Jesús y María, y romped con vuestra poderosa oración sus
cadenas, para que pueda ser trasladada al seno de Dios y gozar cuanto antes
de la felicidad eterna. Así sea. Amén.
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