El misterio de la Encarnación es el misterio del Hijo de Dios hecho hombre. El profeta Isaías (8 siglos antes) anunció que el mismo Dios en persona ¨ vendrá y os salvará¨(Is 35.4), y de hecho San Pablo lo dijo así: ¨Jesucristo vino a este mundo a salvar a los pecadores¨(1 Tim.1, 15).
Para entender el misterio de Dios hecho hombre, tenemos que partir de otro misterio, el de la Santísima Trinidad. Estos dos grandes misterios: el de la Trinidad y el de la Encarnación se nos revelan en la Sagrada Escritura.
Existe un solo Dios, y en Él hay tres Personas que se distingue entre sí y son: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las tres divinas Personas tienen una sola naturaleza o esencia común. (Recuérdese la imagen de un árbol de tres ramas, las tres son distintas y tienen un tronco en común.
Dios (una Divina Persona, el Hijo) es hombre, no la Divinidad se hizo humanidad.. Con todo, la naturaleza divina quedó íntimamente unida con la humana, en la Persona divina del Hijo, de manera que una misma Persona es hombre y Dios.
En consecuencia: el Hijo de Dios, que es Jesucristo, la segunda Persona de la Santísima Trinidad es la que se encarnó, esto es, se hizo hombre por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María. Él bajó a la tierra y trató con los hombres, y lo que Él dijo y los milagros que Él hizo, lo podemos ver consignados en los Evangelios.
¿Cómo se verificó la Encarnación?
Conviene saber que en Nazaret vivía una joven sencilla y humilde, llamada María, y Dios quiso encumbrarla a la dignidad de Madre suya, y por eso llenarla de gracia y hacerla Inmaculada.
Cuando estaba en su casa orando se le apareció un ángel y le dijo que sería Madre del Altísimo. Ante este saludo inesperado, Ella le contesto: ¨¿Cómo puede ser esto si no conozco varón?¨, lo que equivalía a decir, según muchos expositores, que su voto de virginidad se lo impedía, y sólo cuando le una explicación satisfactoria de que concebiría no por obra de varón, sino por virtud del Espíritu Santo, exclamó: ¨He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra¨(Lc.1, 38). ¨Ésta palabra, dice San Bernardo, es la que hizo bajar del cielo a la tierra la Palabra de Dios¨.
Entonces fue cuando el Verbo (la Palabra del Padre) se hizo hombre y hábito entre nosotros (Jn 1, 14).
Bien podemos decir que el Hijo de Dios tomó cuerpo y alma humana, como vistiéndose de nuestra naturaleza, para podérsenos manifestar aquí en la tierra y así hablar con los hombres...
¿Tuvo Jesucristo cuerpo aparente?
No tuvo cuerpo aparente como lo tomaron algunas veces los ángeles, sino real, pues lo recibió de la Virgen María, y así lo dice San Pablo: ¨Fue nacido o formado de una mujer (Gál 4, 4), y es, según la carne, descendiente de David (Rom 1, 3). Cristo mismo confirmó la realidad de su cuerpo al resucitar con estas palabras:
Palpad y ved; que un espíritu no tiene carne ni huesos
como veis que yo tengo (Lc. 24, 39).
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