Señor!
El tiempo pasa y el río de las horas corre
velozmente hacia lo infinito...
Dóname la gracia de difundir el bien,
como el campesino esparce las semillas
en el campo, o como el viento riega esparcidamente
el polen en la tierra!
Dóname, Señor, la gracia de aprender a amar
para vivir mejor, para vivir humildemente,
en la alegría!
Señor!
Haz que mi corazón sea como un sol que irradia
por doquiera los rayos de tu bondad para calentar
y hacer serena a esta gente que tu amas.
Amén.
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