Señor Jesucristo,
Tú nos exhortaste a darte de comer
cuando padeces hambre,
que vemos en las caras emaciadas
de otros seres humanos.
Déjame comprender que hay millones
de personas-hijos del mismo Dios,
hermanos y hermanas nuestros
-que mueren de hambre sin merecerlo.
No permitas que sea indiferente
al clamor de los necesitados,
ni que tranquilice mi conciencia
pensando que nada puedo hacer para
remediar este mal.
Ayúdame a hacer algo
-no importa cuán poco sea-
para aliviar esta necesidad que llega al corazón.
Ayúdame también a orar regularmente para que
todos los que padecen hambre se vean recompensados
por este terrible sufrimiento que padecen y
reciban alivio tan pronto como sea posible.
Amén.
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