OJALÁ que el Señor me mantenga siempre joven
¨para mayor gloria de Dios. ¨
La ancianidad viene de Él, la ancianidad conduce a Él,
la ancianidad me tocará sólo en lo que Él quiera.
Ser ¨joven¨ es tener esperanza,
energías y poder sonreír-y ver con claridad.
Haz que yo acepte la muerte bajo cualquier forma
que venga en Cristo, es decir,
dentro del proceso del desarrollo de la vida.
Una sonrisa (interna o externa)
significa enfrentar con dulzura y suavidad
todo lo que me suceda.
Jesús, haz que pueda servirte, glorificarte
y dar testimonio de Ti hasta el final
de mis días y, sobre todo, por mi propia muerte.
Señor Jesús, A ti encomiendo el cuidado
de mis últimos años y mi muerte;
no permitas que ellos perjudiquen
o dañen la labor que he soñado llevar a cabo por Ti.
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