San Judas, tú eres mi consuelo frente a la pérdida
y el sufrimiento. Te ruego que guíes mi corazón
de las tinieblas del miedo hasta la luz de Cristo.
Que la esperanza que San Judas mantiene viva
en mi corazón, sea una fuente de consuelo para
todos los que sufren la pérdida de un ser querido.
Porque es en esa esperanza que podemos
sentir la ternura y misericordia de Dios,
y confiar en su promesa de vida eterna.
Mi alma añora una vida plena, que sólo me
será revelada cuando esté frente a mi Creador
en el paraíso. Quédate a mi lado, San Judas,
así mi alma podrá sentir el calor de tu amor
consolador. Amén.
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