¡ Oh Sagrado Corazón de Jesús!
Fuente viva y dadora de vida eterna,
infinito tesoro de la Divinidad,
incandescente hogar de amor,
Tú eres mi refugio y mi santuario.
¡Oh adorable y glorioso Salvador!
Consume mi corazón en ese fuego ardiente
que siempre inflama Tu Corazón.
Derrama sobre mi alma las gracias que manan
de Tu amor. Permite que mi corazón se una
tanto a Tí que nuestra voluntades sean una
y la mía esté conforme siempre en todo con la
tuya. Que Tu voluntad rija tanto mis deseos
como mis actos.
Amén.
San Alfonso Liguori
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