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sábado, 11 de junio de 2022

Misterios Gozosos Meditado

EL SANTO ROSARIO 

    Significa corona de rosas. 
 La Virgen María ha revelado 
a muchas personas que cada vez 
que rezan un Ave María 
le entregan una rosa
 y por cada Rosario completo
 le entregan una corona de rosas.  
La rosa es la reina de las flores, 
así que el Rosario es la rosa
 de todas las devociones
 y por lo tanto la más importante.


Ningún día sin Avemaría


¿Porqué  hacer el Santo Rosario Meditado?
La Santísima Virgen le dijo a Lucía en una aparición: 
¨A quienes en los primeros Sábados
 me ofrezcan la Sagrada Comunión 
y el rezo del Santísimo Rosario,
meditando los Misterios prometo 
asistirles en la hora de la muerte, 
con todas las gracias necesarias
 para la salvación¨.


COMO SE REZA UN ROSARIO

En el nombre del Padre...

Petición como miembro de la Iglesia (Peticiones del Papá)

Conversión de los pecadores.
La Paz del Mundo.
Familia se amen y respeten.  Unidad matrimonial.
Niños sean protegidos de los perversos 
y de los que promueven el aborto.
Pobres tengan unas condiciones de vida digna.
Benditas almas del purgatorio.
Vocaciones Sacerdotales y religiosas. Exaltación de la fe católica.
Extirpación de las herejías.
Porque estemos preparados sacramentalmente
 para la Segunda llegada de Jesucristo.

Padre nuestro y 3 avemarías

Peticiones personales 

¿Cómo quieres que la Santa Madre de Dios te ayude?

1. _______________________________

2._______________________________

3.________________________________

4.________________________________

5.________________________________


Credo

Padre Nuestro

3 Ave María

Gloria

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos.
Amén.


Lunes y Sábado

MISTERIOS GOZOSOS

Anuncia el primer misterio: 


La anunciación del Ángel a la Virgen María

Señor, concédenos amor a la virtud de la humildad.


Oración del ángel de la paz (opcional)

Oh Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo,
y te pido perdón por los que no creen, 
no adoran, no esperan y no te aman.

Padre Nuestro

Fue enviado por Dios el ángel Gabriel
 a una virgen comprometida con un hombre llamado José;
 el nombre de la virgen era María (Lc.1 26-27).  
Avemaría

¨Alégrate, llena de gracia, 
el Señor está contigo (Lc. 1. 28). 
 Avemaría

  Ella se impresionó por estas palabras 
y discurría qué significaría aquel saludo (Lc. 1. 29). 
Avemaría

El Ángel le dijo: ¨No temas, María, 
porque has hallado gracia delante de Dios.¨(Lc. 1. 29) 
Avemaría

¨Vas a concebir y vas a dar a luz un hijo, 
a quien pondrás por nombre Jesús¨.(Lc. 1. 31)
Avemaría

¨El será grande y será llamado Hijo del Altísimo.
Su reino no tendrá fin.¨(Lc.1. 32)
Avemaría

María respondió al ángel: 
¨¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? (Lc 1. 34)
Avemaría

¨El Espíritu Santo vendrá sobre tí, 
el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra¨ (Lc. 1 35.)
Avemaría

Dijo María: ¨He aquí la esclava del Señor;
 hágase en mí según tu palabra.¨ (Lc. 1. 38)
Avemaría

El verbo se hizo hombre, 
y habitó entre nosotros (Lc 1. 39).
Avemaría

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos.
Amén.

Oh Jesús perdonadnos nuestras culpas.
Libradnos del fuego del infierno 
y llevad al cielo a todas las almas,
especialmente a las más necesitadas
de tu misericordia.
Amén.

Anuncia el segundo misterio:

  La visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel

Señor, concédenos caridad para con nuestro prójimo.


Oración del ángel de la paz (opcional)

Oh Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo,
y te pido perdón por los que no creen, 
no adoran, no esperan y no te aman.

Padre Nuestro

María fué con prontitud a la región montañosa
a una región de Judá; entró en casa de Zacarías y 
saludó a Isabel (Lc. 1 39-40).

Avemaría

En cuanto oyó Isabel el saludo de María,
saltó de gozo el niño en su vientre e Isabel
quedó llena del Espíritu Santo. (Lc 1.41).

      Avemaría

      Y exclamando con gran voz, dijo: 
      ¨Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.¨
      (Lc. 1. 42)

      Avemaría

      Dijo María: ¨Engrandece mi alma al Señor y 
      mi Espíritu se alegra en Dios, mi Salvador,¨
      (Lc. 1. 46-47).

      Avemaría

      ¨Ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, 
      por eso desde ahora me llamarán bienaventurada 
      todas las generaciones. (Lc 1. 48).

      Avemaría

      ¨Ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, 
      Santo es su nombre.¨ (Lc 1. 49)

      Avemaría

      ¨Su misericordia alcanza de generación en generación
      a los que le temen.¨ (Lc 1. 50)

      Avemaría

      Desplegó las fuerzas de su brazo, dispersó a los que son soberbios
      en su propio corazón. (Lc 1. 51)

      Avemaría

      ¨A los hambrientos colmó de bienes 
      y despidió a los ricos sin nada¨ (Lc 1. 53).

      Avemaría

      ¨Acogió a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia.¨
      (Lc 1. 54).

      Avemaría

      Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
      Como era en un principio, ahora y siempre, 
      por los siglos de los siglos.
      Amén.

      Oh Jesús perdonadnos nuestras culpas.
      Libradnos del fuego del infierno 
      y llevad al cielo a todas las almas,
      especialmente a las más necesitadas
      de tu misericordia.
      Amén.

      Anuncia el tercero misterio:  

      El nacimiento del Hijo de Dios

      Señor, concédenos amor a Dios.


      Oración del ángel de la paz (opcional)

      Oh Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo,
      y te pido perdón por los que no creen, 
      no adoran, no esperan y no te aman.

      Padre Nuestro

      Subió José desde Nazareth de Galilea a Judea, 
      a la ciudad de David que se llama Belén, 
      para inscribirse en el censo con María,
       su esposa, que estaba encinta (Lc. 2. 4-5).

      Avemaría

      Mientras ellos estaban allí, se les cumplieron los días del alumbramiento
      y dio a luz a su Hijo primogénito (Lc. 2, 6).

      Avemaría

      Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, 
      porque no había sitio para ellos en la posada (Lc. 2. 7).

      Avemaría

      Había en la misma comarca unos pastores.  
      Se les presentó el ángel del Señor, 
      y la gloría del Señor los envolvió en su luz

      (Lc 2. 8-9).

          Avemaría

          El ángel les dijo: ¨No teman, 
          pues les anuncio una gran alegría 
          que lo sera para todo el pueblo.¨ (Lc 2. 10).

          Avemaría

          ¨Ha nacido hoy, en la ciudad de David, 
          un Salvador, que es el Cristo Señor¨ (Lc. 2. 11).

          Avemaría

          ¨Encontrarán un niño envuelto en pañales
           y recostados  en un pesebre.¨ (Lc. 2. 13).

          Avemaría

          Una multitud del ejército celestial alababa a Dios, 
          diciendo: ¨Gloria a Dios en las alturas 
          y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.¨ 
          (Lc. 2. 13-14).

          Avemaría

          Encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
          Al verlo dieron a conocer lo que les habían 
          dicho acerca de aquél niño (Lc. 2. 16-17).

          Avemaría

          María, por su parte, guardaba todas estas cosas
            y las meditaba en su corazón. (Lc. 2. 19).

          Avemaría

          Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
          Como era en un principio, ahora y siempre, 
          por los siglos de los siglos.
          Amén.

          Oh Jesús perdonadnos nuestras culpas.
          Libradnos del fuego del infierno 
          y llevad al cielo a todas las almas,
          especialmente a las más necesitadas
          de tu misericordia.
          Amén.


          Anuncia el cuarto misterio:  

          La presentación del Niño Jesús  en el templo.

          Señor, concédenos espíritu de sacrificio.


          Oración del ángel de la paz (opcional)

          Oh Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo,
          y te pido perdón por los que no creen, 
          no adoran, no esperan y no te aman.

          Padre Nuestro

          Cuando, según la Ley de Moisés, 
          se cumplieron los días de la purificación de ellos,
           subieron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor. (Lc. 2. 22)

          Avemaría

          Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón. 
           Era justo y piadoso y esperaba la consolación de Israel; 
          y estaba en él el Espíritu Santo. (Lc 2.25)

          Avemaría

          Cuando los padres, introdujeron al niño Jesús, 
          lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios. (Lc.2. 27-28)

          Avemaría

          ¨Ahora, Señor, pues según tu palabra, 
          dejar que tu siervo se vaya en paz, 
          porque han visto mis ojos tu salvación.¨ (Lc 2.29)

          Avemaría

          ¨Luz para iluminar a los gentiles
           y gloria de tu pueblo Israel¨ (Lc 2.32)

          Avemaría

          Su padre  y su madre estaban admirados 
          de lo que se decía de El. (Lc. 2.33)

          Avemaría

          Simeón  les bendijo y dijo a María su madre;
          ¨Este está puesto para caída 
          y eleavación de muchos en Israel.¨ (Lc.2.34)

          Avemaría

          Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
          Como era en un principio, ahora y siempre, 
          por los siglos de los siglos.
          Amén.

          Oh Jesús perdonadnos nuestras culpas.
          Libradnos del fuego del infierno 
          y llevad al cielo a todas las almas,
          especialmente a las más necesitadas
          de tu misericordia.
          Amén.

          Anuncia el quinto misterio:

            La pérdida del Niño Jesús 
          y sus hallazgos en el templo 
          hablando con los doctores.

          Señor, concédenos celos de alma para tu mayor gloria.


          Oración del ángel de la paz (opcional)

          Oh Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo,
          y te pido perdón por los que no creen, 
          no adoran, no esperan y no te aman.

          Padre Nuestro

          Subieron como de construmbre a la fiesta
           y al volverse, el niño se quedo en Jerusalén 
          sin saberlo sus padres.  (Lc.2.43)

          Avemaría

          Creyeron que estarías en la caravana, 
          hicieron un día de camino. (Lc 2.44)

          Avemaría

          Lo buscaron entre los parientes y conocidos. (Lc.2.44)

          Avemaría

          Al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. (Lc.2 45)

          Avemaría

          Al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo
          sentado entre los maestros, escuchándoles y preguntándoles. (Lc.2.46)

          Avemaría

          Todos los que oían estaban admirados
           por su inteligencia y sus respuestas. (Lc.2.47)

          Avemaría

          Su madre le dijo: ¨¿Por qué nos has hecho esto?  
          Mira, tu padre y yo, angustiados,
           te andábamos buscando.¨ (Lc. 2. 48) 

          Avemaría

          El les dijo; ¨Y ¿por qué me buscaban? 
          ¿no sabían que yo debía estar en las cosas de mi Padre?
           (Lc.2. 49)

          Avemaría

          Ellos no comprendieron la respuesta que les dió. (Lc. 2. 50)

          Avemaría

          Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujetos a ellos. (Lc. 2. 51)

          Avemaría

          Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
          Como era en un principio, ahora y siempre, 
          por los siglos de los siglos.
          Amén.

          Oh Jesús perdonadnos nuestras culpas.
          Libradnos del fuego del infierno 
          y llevad al cielo a todas las almas,
          especialmente a las más necesitadas
          de tu misericordia.
          Amén.

          Agradecimiento 

          Gracias os damos, soberana Princesa, 
          por los favores que todos los días recibimos 
          de vuestras benéficas mano.  
          Dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre
          bajo vuestra protección y amparo y,
          para más obligaros, os saludamos rezando una Salve.

          Salve

          Dios te salve, Reina y Madre de misericordia.
          vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
          A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; 
          a Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
          Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos;
          muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
          ¡Oh clementísima! ¡Piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!
          Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, 
          para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
          Amén.

          Oración después del Rosario

          Oh Dios, cuyo Hijo Unigénito, con su Vida, Muerte y Resurrección
          obtuvo para nosotros la recompensa de vida eterna;
          concédenos, te rogamos, que meditando sobre estos misterios 
          del Santísimo Rosario de la Bendita Virgen María, 
          podamos imitar lo que ellos contienen y obtener
           lo que prometen, por el mismo Cristo nuestro Señor.



          No tengo miedo