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sábado, 25 de junio de 2022

Momentos en depresión

 Foto histórica de la Gran Depresión a Nivel Mundial.
Es un mal continuo y latente efecto de la opresión de un gobierno,
 la impotencia de no tener los recursos para una vida digna, 
la soledad y la incomprensión de una pareja y pensar que su problema no tiene solución.
Es la perdida de la esperanza, pensar que Dios se ha olvidado de nosotros.


Dios mío, Dios  mío ¿Por qué me has abandonado?
De improvisto, cincuenta atmósferas han caído
 pesadamente sobre mí y no sé a donde huir, ni tengo ganas de vivir. 
¿Donde estás, Señor? 
Arrastrado como un desvalido hacia un erial inerte, 
sólo sombras rodean
mi fronteras. ¿A dónde salir? 
Piedad, Dios mío.
¡Pobre ángel sin alas! abandonados 
sobre caminos olvidados y cubiertos de niebla.
¿Dónde estoy? Estoy en el fondo del mar y no 
puedo respirar. ¿Dónde se escondió la luz?
¿Arde todavía el sol?
Peor que el vacío y la nada, ¿que es esto?,
simplemente horror de sentirse hombre.
Dios mío ¿Porqué no me borras de la lista de los vivientes?
Como una ciudad sitiada, me cercan y aprietan 
y ahogan la angustia, la tristeza, el amargor y la agonía.
¿Cómo se llama esto? ¿Náusea?
¿Tedio de la vida?
La desolación extiende sus grises
 alas de horizonte a horizonte.
¿Dónde esta la puerta de salida?
Pero ¿hay salida? 
Tú eres, sólo Tú eres mi salida, Dios mío.
No me olvido, Jesús, Hijo de Dios
 y Siervo del Padre que allá en Getsemaní,
bajo el clamor de los olivos y a la luz de la luna,
el tedio y la agonía te estrujaron hasta verter
lágrimas y sangre;
y recuerdo que una pesada tristeza de muerte 
te inundó tu interior como un mar amargo. 
Pero todo pasó.
Yo sé que también mi noche pasará.
Sé que rasgarás estas tinieblas, Dios mío,
y mañana amanecerá la consolación.
Caerá las gruesas murallas y de nuevo podré respirar.
Mañana mismo mi pobre alma será visitada y volveré a vivir.
Y diré: gracias, mi Dios, porque todo fue una pesadilla;
solo la pesadilla de una noche que ya pasó.
Mientras tanto, dame paciencia y esperanza.
Y hágase tu voluntad, Dios mío. Amén.

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