Oh Niño Jesús, a ti recurro y te pido que,
por la intercesión de tu Madre Santísima,
quieras asistirme en esta necesidad (se expone),
por que creo firmemente que tu Divinidad la puede socorrer.
Espero con toda confianza obtener tu santa gracia.
Te quiero con todo mi corazón y con todas
las fuerzas de mi alma.
Me arrepiento sinceramente de todos mis pecados
y te suplico, buen Jesús,
que me des la fuerza para triunfar.
Me propongo no ofenderte más y me ofrezco a ti
dispuesto a sufrirlo todo antes de darte el menor disgusto.
De ahora en adelante quiero servirte fielmente,
y por amor tuyo, oh divino Jesús,
quiero amar a mi prójimo como a mi mismo.
Niño omnipotente, Señor Jesús, de nuevo te suplico:
asísteme en esta situación (decirla),
concédeme la gracia de poseerte eternamente
con María y José, y de adorarte con los Santos Ángeles
en la corte del Cielo.
Amén.
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