El enfermo puede rezar la oración siguiente cuando sepa que el sacerdote
va a venir a ungirle, o, si no es capaz de leerla, otro en la familia
se la puede leer en voz alta.
Cristo mi Hermano mayor, muy pronto me encontraré contigo
en tu sacramento para los enfermos.
Aunque parece que yo esté en peligro de la muerte,
no permite que yo tenga miedo.
Ayúdame a recordar que, si el Padre quiere que yo regrese
a mi verdadera patria, tú vendrás a conducirme
a través del valle de la muerte hasta la gloria de tu reino.
Concede que yo me muera como tú-con tus palabras en los labios.
¨Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu¨.
Si he de salir de este mundo, consuela a los seres queridos
que dejo atrás. Ayúdales a comprender la gran
dicha que es mía-que Cristo vendrá a llevarme de este
destierro a la tierra prometida.
Pido que tengan ellos algún día la misma dicha
--de morir en Cristo.
Amén.
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