Porque estoy cansado, ayúdame a dormir bien.
Reflexionando sobre este día, puedo ver plenamente
que no cumplí mi deber muy bien.
Hay cosas que pude haber hecho por Ti y las deje sin hacer.
Me arrepiento de esto. Ayúdame, Padre, a hacer las cosas
mejor mañana, a ser menos áspero con la gente,
más gentil y más paciente. Ayúdame a dedicarme
a las necesidades de los demás y a hacerlo contento.
María, Madre mía, guárdanos a todos en nuestra casa.
Amén.
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