¡Amabilísimo representante de Dios en la tierra
y nuestro amorosísimo abogado Padre San José!
Vos que constituido por Dios jefe de aquella inocentísima
pobre familia, sufristeis todo el peso y trabajo
de socorrerla, defenderla, sustentarla y proveerla
de lo necesario para la vida; vos que pudisteis
aprender, más que otro alguno,
cuán grande es la angustia de aquellos a quienes
faltan los medios necesarios de subsistencia
y se encuentran agobiados no solo por las propias,
sino por las ajenas angustias de las personas queridas.
¡Oh Santo Patriarca!
Por aquellos desvelos y cuidados continuos
que formaban aquella bendita providencia
a cuya sombra descansaba las prendas
de vuestro corazón Jesús y María,
tened también cuidado de nosotros,
y haced que se aleje de nuestras causas
el infortunio y toda desventura
y como tan piadosísimo sois os rogamos
nos proporcionéis el cotidiano alimento,
que es necesario para adquirir la fuerza
y la alegría con que sirvamos fielmente al Señor.
Si amado Santo: por amor de Jesús y María,
tened piedad de nosotros y consoladnos.
Amén.
Recuerda ayunar por las familias miércoles y viernes.
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