Una de las devociones más gratas a Nuestro Señor Jesucristo
es la del Sagrado Corazón, recomendada por El mismo,
el cual prometió y amparo, su bendición para todos l
os que la propagasen y para las casas en que la imagen
de su Sagrado Corazón fuese expuesta y honrada,
y finalmente, que aquellos que comulgasen en su honor
el primer viernes durante nueve meses seguidos,
no morirá en la impenitencia.
Lee y medita con reflexión las principales
promesas del Divino Corazón, que podrás ver en las oraciones
del ejercicio propio de esta devoción.
EJERCICIO PIADOSO DE LAS PROMESAS DEL CORAZÓN DE JESÚS
Oh Sacratísimo Corazón de Jesús,
dignaos aceptar este obsequio que os ofrezco
a mayor gloria vuestra y bien de mi alma.
Amén.
Y para recordar ahora el grande amor
que nos habéis tenido,
voy considerando vuestras promesas,
saludándoos al propio tiempo
con la oración del Padre nuestro,
salida de vuestro corazón y de vuestro labios.
1ra promesa:
Daré a mis devotos todas las gracias necesarias a su estado.
2da promesa:
Pondré paz en sus familias.
3ra promesa:
Los consolaré en sus aflicciones.
4ta promesa:
Seré su protector durante la vida
y principalmente en la hora de la muerte.
¡Oh Jesús, oh Jesús mío! ¡qué consoladoras
son para mí estas promesas!
Padre nuestro...
5ta promesa:
Bendeciré generosamente todas las empresas
de mis devotos.
6ta promesa:
Los pecadores encontrarán en mi Corazón
la fuente inagotable de la misericordia.
7ma promesa:
Las almas tibias se enfervorizarán.
8va promesa:
Las almas fervorosas se elevarán a grande santidad.
¡Oh Jesús, oh Jesús mío! por vuestro Corazón
os pido que cumpláis en mí estas vuestras consoladoras promesas.
Padre nuestro...
9na promesa:
Daré a los sacerdotes la gracia de conmover
a los pecadores más empedernidos.
10ma promesa:
Bendeciré las casas en las cuales sea expuesta
y honrada la Imagen de mi Corazón.
11ma promesa:
Las personas que propaguen esta devoción tendrán
su nombre escrito en mi Corazón y jamás se borrará de El.
12ma promesa:
A los que comulguen nueve primeros viernes de mes
seguidos, prometo la gracia final y que no morirán en
desgracia mía y sin recibir los Santos Sacramentos.
¡Oh Jesús, oh Jesús mío!
Vuestro Corazón ya no puedo darnos más;
concededme el cumplimiento de estas vuestras dulces
y consoladoras promesas y unidme a Vos
para siempre en el Cielo.
Amén.
Padre nuestro...
A Jesucristo Rey
Oh Cristo Jesús, os reconozco por Rey universal.
Todo lo que ha sido hecho ha sido criado por Vos.
Ejerced sobre mí todos vuestros derechos.
Renuevo mis promesas del Bautismo,
renunciando a Satanás, a sus pompas y a sus obras;
y prometo vivir como buen cristiano.
Y muy en particular me comprometo a hacer triunfar,
según mis medios, los derechos de Dios y de vuestra Iglesia.
¡Divino Corazón de Jesús! Os ofrezco mis pobres acciones
para obtener que todos los corazones
reconozcan vuestra Sagrada Realeza
y que, así el reinado de vuestra paz se establezca
en el universo entero. Asi sea.
Indulgencias plenarias, con las condiciones acostumbradas,
una vez al día, Núm 272.
Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera.
500 días. Núm 269.
Ofrecimiento
¡On amabilísimo Jesús! Yo, con el fin de daros testimonio
de mi reconocimiento y reparar mis infidelidades, os entrego
mi corazón, me consagro enteramente a Vos y
propongo, ayudado de vuestra gracia, no volver más a ofenderos.
300 días de indulgencias. Plenarias al mes.
(Delante de una imagen del Sagrado Corazón.)
Núm 260.
Sagrado Corazón, proteged nuestras familias.
300 días. Plenaria al mes. Núm 236.
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