Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles
y llena con tu divina gracia, los corazones que Tú creaste.
Tú a quién llamamos Paráclito, don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.
Tu derramas sobre nosotros los sietes dones;
Tú, dedo de la diestra del Padre;
Tú fiel promesa del Padre;
que inspira nuestras palabras.
Ilumina nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé Tú nuestro director y nuestro guía,
para que evitemos todo mal.
Por ti conozcamos al Padre,
y también al Hijo,
y creamos en ti, su Espíritu,
por los siglos de los siglos.
Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó de entre los muertos,
y al Espíritu Santo Consolador,
por los siglos de los siglos. Amén.
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