Señor Jesucristo enséñame a caminar humildemente ante Dios. Ayúdame a reconocer que sin la ayuda del cielo nada lograré. Humildemente, pidiéndole a Dios toda la fortaleza que necesito y que yo no tengo, y dándole gracias por sus continuas y admirables ayudas. Pidiéndole que venga a socorrer a tantas pobres pecadores que están como yo, expuestos a caer gravemente si no les llega una muy especial ayuda de lo alto. Humildemente y creyendo que el Omnipotente está siempre a nuestro lado como el aire que nos rodea, como la luz que nos circunda durante el día, y a toda hora presente para ayudar a quienes solicitan apoyo. Señor que yo camine humildemente en tu presencia, que no me canse de pedir tu ayuda y que cumpla siempre aquel consejo de San Pablo. ¨Hay que buscar la santidad, con temor y temblor pues fácilmente puedo caer en la tentación.
Amén.
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