De luz nueva se viste la tierra,
porque el sol que del cielo ha venido, en la
entraña feliz de la Virgen, de su carne se ha
revestido. El amor hizo nuevas las cosas,
El Espíritu ha descendido y la sombra del que todo
lo puede en la Virgen su luz ha encendido.
Ya la tierra reclama su fruto y de bodas se anuncia
alegría; el Señor que en los cielos habita se hizo
carne en la Virgen María.
Gloria a Dios, Señor poderoso,
a su Hijo y Espíritu Santo,
a su hijo y Espíritu Santo,
que amoroso nos ha bendecido y
a su Reino nos ha destinado.
Amén.
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