Jefes de familias y de tribus, entre los hebreos primitivos y en otros pueblos primitivos, que administraban justicia dentro de sus propios círculos en tiempos de paz y eran líderes en tiempos de guerras (cf. el sheik o anciano árabe). Los ancianos de la ciudad tomaron después la función de los ancianos de las tribus y familias y retuvieron su función judicial. Los jueces y oficiales probablemente eran tomados de entre los ancianos que actuaban respectivamente como administradores y ejecutores de la justicia.
Cuando la sinagoga se convirtió en una institución establecida, los ancianos que eran las autoridades civiles del lugar eran también los ancianos de sus sinagogas. Los ancianos o presbíteros (Gr. ancianos) de las iglesias cristianas eran supervisores locales elegidos conforme al modelo de la sinagoga. Desde el principio parecen haber sido elegidos por el pueblo, y con la aprobación de los apóstoles eran instalados en sus oficio por la oración y la imposición de las manos. Sus deberes eran ejercer el cuidado espiritual del pueblo como pastores, visitar al enfermo y cuidar a los pobres y extranjeros, mantener el orden en la asambleas religiosas, enseñar y administrar los asuntos de la congregación, en concurrencia con los diáconos. La palabra anciano o presbítero era intercambiable con la palabra obispo en el tiempo del Nuevo Testamento, y los oficios eran uno y el mismo hasta el año 150 después de Cristo más o menos, cuando se subordinó por primera vez a los presbíteros bajo los obispos.
Tomado de Diccionario de la Biblia
Thomas Nelson y Pedro Vega (traductor en español)
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